En el siglo XVIII, se popularizó el uso de marfil como material para las prótesis dentales. Sin embargo, debido a la escasez de marfil natural, las preocupaciones por la protección de especies, su mal olor y que se teñía, este material fue reemplazado gradualmente por opciones sintéticas más seguras.
Se cree que George Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, tenía varias prótesis dentales hechas de marfil tallado y dientes humanos insertados. Estas prótesis eran dolorosas y le causaban molestias a lo largo de su vida.
Los implantes dentales no son exclusivos de los humanos; también se utilizan en animales, como perros y gatos. Estos implantes pueden ser necesarios después de lesiones traumáticas o para tratar enfermedades dentales en mascotas.
En algunas culturas antiguas, como la egipcia, se han encontrado prótesis dentales hechas de materiales como madera, piedras preciosas e incluso dientes humanos y animales.
Origen del cepillo de dientes
Antes de que se inventara el cepillo de dientes moderno, las personas utilizaban una variedad de objetos para limpiar sus dientes, como ramitas masticables, plumas de ave e incluso trozos de tela. El primer cepillo de dientes moderno fue creado en China alrededor del año 1498, con cerdas de cerdo insertadas en un mango de hueso o bambú.
Cerámica dental para instrumentos musicales.
Algunos fabricantes de instrumentos musicales han utilizado la cerámica dental en la fabricación de flautas, ocarinas y otros instrumentos de viento. La cerámica proporciona una alternativa duradera y resonante a los materiales tradicionales como la madera y el metal, creando instrumentos musicales únicos y de alta calidad.
Chicles sin azúcar:
Masticar chicle sin azúcar después de las comidas puede ayudar a estimular la producción de saliva, lo que a su vez ayuda a neutralizar los ácidos en la boca y a eliminar las partículas de comida atrapadas entre los dientes. Además, puede contribuir a mantener el aliento fresco.
Hueso bovino en injertos óseos.
En algunos casos de pérdida ósea en la mandíbula o el maxilar, se utilizan injertos óseos para restaurar la estructura ósea y proporcionar soporte para implantes dentales. El hueso bovino desmineralizado, procesado para eliminar componentes orgánicos y prevenir reacciones inmunológicas, es un material comúnmente utilizado en este tipo de injertos debido a su similitud con el hueso humano y su capacidad para promover la regeneración ósea.